domingo, 26 de junio de 2011

Jueces se resisten a castigar trata: PGR

En entrevista con EL UNIVERSAL, la subprocuradora de Control Regional, Procedimientos Penales y Amparo, Dilcya Samantha García Espinoza, dice que a nivel nacional el Poder Judicial ha dictado menos de 15 sentencias por trata de personas, quizá por desconocimiento
(Foto: ALMA RODRIGUEZ EL UNIVERSAL )

En México en materia de trata de personas hace falta sensibilizar a los jueces para que castiguen conforme esta tipificado este delito, pues en algunos casos, lo han reclasificado como corrupción de menores o lenocinio, reconoce la subprocuradora de Control Regional, Procedimientos Penales y Amparo, Dilcya Samantha García Espinoza de los Monteros.
En entrevista con EL UNIVERSAL, la funcionaria de la Procuraduría General de la República (PGR) dice que a nivel nacional el Poder Judicial ha emitido menos de 15 sentencias por trata de personas, quizá por desconocimiento, porque no saben identificar el delito.
“Con todo el respeto al Poder Judicial, la verdad es que ahí todavía tenemos un problema, yo quiero pensar que es una cuestión de tiempo, de carácter cultural o en ocasiones es falta de conocimiento... los jueces están habituados a ver el lenocinio, la corrupción de menores, finalmente son los tipos penales siempre se han utilizado para identificar lo que en realidad es la trata de personas”.
Dilcya García será reconocida mañana en Estados Unidos, por la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, con el premio “Heroína contra la Esclavitud Moderna”, por su trayectoria y sus logros en el Distrito Federal en el combate a la de trata de personas.
La subprocuradora, quien desde hace una década se dedica a combatir este delito, desde que trabajó en el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y ocupó el cargo de Oficial Nacional de Reformas Legislativas, Judiciales y Administrativas, y en la Procuraduría general de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), comenta que este premio lo recibirá a nombre de todas las mujeres valientes que luchan en contra de este flagelo.
Pero la funcionaria no puede ocultar su frustración por lo que sigue ocurriendo en la zona del barrio de La Merced, en la ciudad de México, que históricamente ha sido un polo de tráfico de personas, prostitución de menores y explotación infantil.
“Sí, esa es como una cachetada. Es un reto, que me duele que nos dice que hace falta mucho por hacer, pero también significa esperanza, que hay una puerta para salir adelante y nosotros como gobierno tenemos la obligación de ayudarlas”.
¿Cuándo le dijeron que ganó el premio?
Hace tres meses, el entonces embajador de Estados Unidos en México Carlos Pascual me felicitó, hablamos del tema, intercambiamos impresiones sobre las estrategias para la persecución de los delincuentes y el tratamiento de las víctimas, pero el viernes de la semana pasada me dieron la noticia.
¿Cuáles son los casos que más le han dejado satisfecha?
Para mi, Casitas del Sur fue el primer operativo que se hizo en la Procuraduría (capitalina) con la perspectiva de derechos humanos, con visitadores observando el quehacer de la Procuraduría, con diputados, con especialistas en explotación sexual, de trata de personas, de derechos de la infancia, fue algo muy fuerte porque le aposté a que ese operativo se podía hacer desde una perspectiva de derechos, sin jalonear a los niños, convenciéndolos hablando con ellos y se logró.
García Espinoza asegura que las víctimas de trata padecen un tipo de Síndrome de Estocolmo en virtud de que no han tenido una cohesión familiar. Por ello, en el momento que en que se sienten parte de algún círculo —sin importar por lo que estén pasando— ellos quieren quedarse ahí.
“Es desgarrador platicar con las niñas y niños para que se asuman como víctimas, o con las mujeres, para reconozcan que las personas que las explotan no son sus novios, no son sus parejas, sino sus explotadores que a través de los hijos buscan retenerlas”.
La funcionaria apunta que México en materia de atención a víctimas falta mucho por hacer, pero reconoce el trabajo de las organizaciones de la sociedad civil en el tema.
“Quiero poner como ejemplo a Marisela Morales, procuradora General de la República, que tiene una gran sensibilidad y comprensión en cuanto a que esto no lo podemos hacer solos y que la única manera de combatir es de la mano de la sociedad”.
Al preguntarle cómo se ve México en el ámbito internacional en este delito, la funcionaria reconoce que somos un país que consume, permite el tránsito y expulsa a las víctimas de trata de personas.
“Hay entidades federativas donde no existía este delito y ahora ya está emergiendo. Lo fuerte en el tema es que podemos decir que hay cientos de miles de personas víctimas de la trata, no sólo con fines de explotación sexual, sino en general hablando de cosas que en el imaginario social no se ven como la explotación doméstica, el trabajo forzado en la explotación agrícola, la esclavitud moderna”.
¿Qué significa para usted La Merced?
Muchas cosas —responde y abre un silencio, luego vienen las lágrimas— es un reto, una cachetada. La Merced es un espacio histórico para la explotación sexual donde claramente uno puede ver la falta de oportunidades para las mujeres. Pero también significan la organización de Las Adelitas, mujeres valientes que día con día luchan por darle de comer a sus hijos, que todos sus días luchan en contra de la extorsión de funcionarios del DF.
Dilcya García denunció que la extorsión en La Merced la ejercen “los policías corruptos, no las instituciones, son los elementos quienes a diario las explotan”. Dice que en un país cómo México, dónde millones de personas viven en la exclusión social hablar de la legalización de la prostitución es una “estupidez” y en toda su experiencia ninguna mujer se dedica al sexo-servicio por gusto.

No hay comentarios: