sábado, 7 de mayo de 2011

Síndrome premenstrual y ansiedad afectan al 70 y 80% de las mujeres...

- Especialista señala que si son periódicos y suceden en gran cantidad, puede llegar a ser enfermedad
- Diversos estudios indican conexión de este síndrome con alteraciones de las hormonas

Ángeles Godoy Morales Xalapa, Ver. 07/05/2011
alcalorpolitico.com



    Muchas mujeres son víctimas, mes con mes, del llamado síndrome premenstrual (SPM) que afecta no sólo a ellas, sino sus relaciones con su entorno.

    “Se conforma por una serie de indicios físicos, de comportamiento y/o emocionales que tienden a aparecer en la segunda mitad del ciclo menstrual, es decir 14 días o más contados a partir del primer día después del último de flujo.

    Estos desaparecen de cuatro a siete días después del término del periodo menstrual, durante la primera mitad del ciclo menstrual. Si se combinan y se les suma el tiempo, la cantidad y la frecuencia, puede hablarse de una enfermedad”, señaló José Luis Díaz Meza, investigador del Departamento de Psicofisiología de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM.

    Explicó que el SPM es una alteración orgánica con una base biológica, por tanto, sus estudios buscan un factor que ayude a las mujeres a mejorar no sólo su estado, sino su calidad de vida. Esto dará la oportunidad de relacionarse positivamente en los ámbitos familiar, laboral y escolar, entre otros.

    El especialista comentó que el SPM y la ansiedad son dos padecimientos vinculados, pero no son reconocidos en el ámbito laboral ni familiar. El SPM no está tipificado dentro de las afecciones establecidas por la legislación laboral, y hace 20 años ni siquiera era considerada una enfermedad, por lo que aún se ve como un conjunto de síntomas exagerados por las mujeres.

    Actualmente, ambos son investigados desde los puntos de vista clínico y terapéutico para entender su origen. De tal forma que se puede encontrar un tratamiento para erradicar los mitos formados a su alrededor.

    El especialista señaló que diversos estudios han arrojado una conexión directa de este síndrome con alteraciones de las hormonas progesterona y estradiol, así como de otras sustancias químicas que maneja el cerebro.

    En cuanto a la ansiedad, se le asocia a una molécula de éste último que -además de reconocer la progesterona y estradiol- identifica un neurotransmisor llamado GABA, uno de los principales inhibidores cerebrales.

    Por ello agregó que el vínculo entre el síndrome premenstrual y la ansiedad también modula otros neurotransmisores, como la serotonina, a la que se relaciona con cuadros depresivos.

    Tanto la ansiedad como la depresión son padecimientos que afectan a un estimado de entre 70 y 80 por ciento de las mujeres en sus años fértiles. Algunas lo presentan a tal grado que ven mermadas sus condiciones para realizar con normalidad sus actividades cotidianas. Hay quienes, incluso, tienen que acudir a un hospital para ser tratadas con analgésicos extremadamente fuertes. Otras pueden presentar trastornos emocionales como angustia, fobias, ansiedad y depresión que, por lo regular, se presentan casi en paralelo con el SPM.

    Informó que hay diagnósticos precisos donde se ha encontrado que es muy común que se presente el SPM junto a ansiedad, “si a un cuadro de ansiedad se le añade uno de angustia, es decir, respuestas fisiológicas a estímulos orgánicos o ambientales que ayudan a enfrentar un problema o situación de cierto riesgo, como incremento en la frecuencia cardiaca, temblores o sacudidas, falta de aliento, miedo pavoroso o terror, sofocación y alteraciones gastrointestinales, entre otras, puede entenderse que muchas entren en un proceso discapacitante”.

    El investigador recomendó consultar a un especialista quien podrá prescribir un tratamiento farmacológico, incluso buscar terapia psicológica para aprender técnicas de relajación y confrontación, por ejemplo la cognitivo-conductual, en la que se enseña a reflexionar sobre las situaciones generadoras de angustia; así como la racional emotiva y la breve.

    Declaró que algunas pacientes prefieren medicina alternativa. Sin embargo, no se han podido probar los efectos terapéuticos de este tratamiento.

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