domingo, 16 de enero de 2011

Paulina Abascal endulza la vida...

Su día inicia a las 5:30 horas, para cumplir como mamá y profesionista

Domingo 16 de enero de 2011 Claudia Ramírez | El Universal claudia.ramirez@eluniversal.com.mx

Para Paulina Abascal, la vida es como un pastel: una rebanada es la profesión; otra, la familia; una más, los amigos o el lado espiritual, y así sucesivamente, como parte de un todo.
Desde que era muy pequeña siempre supo que lo que más le gustaba en la vida era hacer pasteles; de hecho, jugaba todo el tiempo a prepararlos; también se divertía haciendo galletas y todo tipo de postres.
Hoy, es considerada la mejor chef pastelera de México, reputación que le ha valido ser la encargada de montar las mesas de postres de las dos bodas más sonadas de 2010: la de Carlos Slim Domit con María Elena Torruco Garza, y la de Enrique Peña Nieto con Angélica Rivera.
Para la boda del primogénito del hombre más rico del mundo, tuvo que realizar cinco mil porciones individuales de postres (de diferentes estilos y sabores), y tardó en montar la mesa ocho horas.
“Lo mío es lo dulce, eso de picar cebollas no se me da”, asegura Paulina, quien nos recibió en su pastelería, ubicada en La Herradura, la cual empezó como un taller donde ella trabajaba, pero que tuvo que abrir al público porque la gente le insistió.
“Desde los siete años hago pasteles. Me siento muy contenta y una persona privilegiada de hacer en la vida lo que más me gusta.
“El primer pastel de mi invención fue el crujiente de plátano, de eso ya hace como 10 años. Me da mucha alegría que a la gente, a pesar del tiempo, le siga gustando; además, muchos me lo han querido copiar, lo que significa que es muy bueno”, señala divertida la chef, quien desde hace unos seis meses es vocera de Nestlé.
“En realidad, todos mis pasteles, postres, chocolates y galletas tienen lo suyo, y los valoro por diferentes cosas. Surgieron en un momento especial, les di vida y tienen todo mi corazón”, señala Paulina, quien recopiló algunos de estos dulces momentos en el Larousse de los postres, del que se han vendido más de 30 mil ejemplares y que en un tiempo renovará su portada.
Un día con muchas horas
Además de ser la mejor chef pastelera de México, Paulina también es madre de familia, por ello que tiene que organizar su tiempo para cumplir con ambas facetas. Confiesa que no ha sido sencillo, pero cuenta con el apoyo de su familia y tiene un buen equipo de trabajo.
“Tengo que planear muy bien mis tiempos para poder hacer todo lo que necesito. Me despierto a las cinco y media de la mañana para poder ir a correr, alrededor de cinco kilómetros. La verdad, en los últimos días no lo he hecho debido al frío, pero voy a retomar el ejercicio.
“Regreso a casa a las 7:00 horas, despierto a mis dos hijos, los visto, les doy de desayunar y los acompaño a tomar el autobús que los lleva a la escuela”.
Cuando regresa a casa, desayuna y se prepara para ir a trabajar. Sus días son muy variados: un día puede ir directo a la pastelería, al siguiente atender alguna entrevista, (como sucedió el día que nos recibió) y otro realizar alguna grabación para Nestlé.
“Hay días que me toca realizar un pastel muy especial, de esos que son muy sofisticados y se pintan a mano, o simplemente trabajar en las distintas cosas que ofrece la pastelería”.
Por la tardes, trata estar el mayor tiempo con a sus hijos, que a veces combina con trabajo de escritorio, como contestar algunos correos electrónicos, pero eso lo hace desde su casa.
“En casa, me cambio de camiseta. Me dedico a revisar tareas, a llevarlos a la clase de matemáticas, de natación o lo que se necesite.
“Un poco más tarde, doy de cenar. Así terminan mis días, con una gran sonrisa porque tuve la oportunidad de mejorar y hacer feliz a la gente”, concluye Paulina Abascal, quien está muy emocionada porque a finales de año publicará el tan esperado libro Dulces Besos.
 

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