TIENDA DE RAYA…
LO QUE FALTA EN LAS CAMPAÑAS…
Más grises que calcetines viejos,
están las campañas para la diputación federal y la Presidencia de la República.
Y puede ser por dos cosas: viejos son los esquemas que se siguen promoviendo como
promesas electorales, y grises, oscuros son los candidatos y candidatas que
encabezan las fórmulas partidarias que buscan el voto.
Todos y todas las que aspiran a
algún cargo popular pretenden representar al pueblo gestionando programas
asistenciales, vales de medicinas y apoyos para madres solteras y personas de
la tercera edad. Pero ninguno habla de tareas fundamentales como gobernar y
legislar que deberían distinguir a quien habita ya sea el Palacio Nacional o se
acomoda en un curul en el Congreso. Los candidatos no incluyen en sus discursos
tareas porque, simplemente, no tienen idea alguna de lo que realmente significa
gobernar o hacer normas.
Gobernar significa dirigir,
programar, distribuir y equilibrar las fuerzas sociales que conviven en una
sociedad para lograr la armonía y la paz pública. Gobernar hoy se confunde con
criticar y romper, desmadrar y ceder espacios a los poderes fácticos ante la
incapacidad e ignorancia de quien “desgobierna” este país.
Y de legislar, ni hablamos. Tragedias
como la pasada del accidente carretero en Álamo Temapache nos debería llamar la
atención en el sentido de que, como ya
se alertó en algunos medios, nuestras leyes permiten el tránsito de unidades
pesadas del doble de tonelaje que en países desarrollados como Canadá y países
europeos. ¿Son mejores aquellas leyes que las mexicanas? La respuesta es un rotundo no. La diferencia es que en los países desarrollados,
los diputados no se dedican a repartir juguetes y mochilas de casas de
préstamo, se dedican a hacer leyes. Leyes socialmente responsables que buscan
disminuir el impacto de las fuerzas económicas en el bienestar del pueblo. En
cambio, en México, los diputados, en su mayoría, están al servicio de todo el
que usted guste imaginarse, menos del pueblo, que curiosamente, le regala su
voto cada tres años.
En fin, mi voto sigue siendo
izquierdista, voto necio que busca un representante popular que luche por el
interés común y no solo el propio. Aunque las actuales campañas no vislumbren
más que una nueva camada de diputados comodines, por inútiles e inservibles, y
un presidente, otro más, entreguista y limosnero de la economía neoliberal y de
los mexicanos más ricos del mundo.
Usted apreciable lector ¿Qué
opina?
Hasta la próxima.
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